Una de las mayores ventajas del arrendamiento puro es su impacto positivo en el flujo de caja de la empresa. Al evitar el desembolso inicial requerido para la compra de activos, las empresas pueden mantener su efectivo disponible para otras inversiones críticas. Esto es crucial para pequeñas empresas que a menudo enfrentan restricciones de capital y pueden beneficiarse enormemente de una gestión financiera más eficiente.

Además, los pagos de arrendamiento son generalmente fijos, lo que permite a las empresas planificar y presupuestar con mayor precisión. Esto elimina la incertidumbre de gastos inesperados y ayuda a estabilizar las finanzas. Para los emprendedores, esta previsibilidad es invaluable, ya que les permite concentrarse en las operaciones diarias sin preocuparse por fluctuaciones financieras.

El arrendamiento puro también afecta positivamente la gestión de balance de una empresa. Puesto que los activos arrendados no se registran como propiedad en el balance, esto puede mejorar los índices de endeudamiento, haciéndolos más atractivos a ojos de inversores y prestamistas.

Este enfoque también permite a las empresas mantener un balance más ligero, lo que puede ser ventajoso en períodos de crecimiento o cuando se busca financiación adicional. Al no cargar el balance con activos depreciables, las empresas pueden presentar una imagen financiera más sólida y menos comprometida.

Además, al no tener que preocuparse por la depreciación de los activos, las empresas pueden enfocarse en maximizar la eficiencia operativa sin las complicaciones contables asociadas. Esto simplifica la gestión financiera y permite a los emprendedores concentrarse en áreas de negocio más estratégicas.